El príncipe cegado

En un castillo hechizado
Una princesa y un príncipe se hallaban
El príncipe, cegado
La princesa, deprimida

Cada alba,
el príncipe despertaba a la princesa

Cada alba,
espinas eran clavadas

Eran aquellas pues,
Las que en el corazón se clavaban
Las que en el príncipe se hundían
Las que él no veía

Cada ocaso
La princesa se ocultaba
Desaparecía en su habitación

Cada ocaso,
el príncipe acudía a verla

La llamaba
Y por ella se preocupaba

Pero espinas se clavaban
Y el príncipe no las veía

Lograba ella aquello que deseaba
No dejaba su depresión,
pues la necesitaba.

Renacer

Hoy renazco,

para no volverte a ver,

hoy renazco 

para olvidarte, retórico ser.

Junto a él, amigo mío

junto a tu compañero fiel.

Junto a ella, amigo mío

junto a la dama de tu sueño.

Y pensar

cuánto me dañaba

cada palabra

que tu boca articulaba.

Y pensar

cuánto atrás dejaré

cuantas memorias guardaré

y cuanta paz ganaré.

Hoy renazco

para no volverte a ver

Hoy renazco

para olvidarte, retórico ser.

La rosa

El amor es una rosa:

si es bien cuidada,

florece

si es abandonada,

perece.

Y se hallarán tus besos

resbalando por los pétalos

cuales gotas de rocío.

Dolerán sus espinas

en mi corazón marcarán su herida

mas imperturbables quedarán

observando el yacer de mi alma.

Vacuo quedará mi cuerpo,

virgen bajo la helada hojarasca

cortando así mis labios
sin un beso haber probado

Pintura amarilla

Pintura amarilla, 

amarga felicidad,

sabía que me dañaría 

y que nunca obtendría saciedad.

Dulce dolor,

el que me causa tu soleada mirada,

agria impaciencia,

por abrazar a alguien helado.

Me dañas, 

como si de clavos fueses, 

me gustas, sombra amarilla,

a pesar del perpetuo hielo que te envuelve.

Me hunden tus palabras,

retóricas pero inocentes,

hacen mella en mi alma.

Me rompo lentamente,

cual cristal siendo impactado,

se confunde mi mente,

cual laberinto inacabado.

Aún así,

incapaz soy de dejarte,

y aunque me daño eternamente,

muero por abrazarte

Lluvia

Llueve,

las nubes lloran

y se tiñen de gris,

mostrando depresión.

Un manto de agua

rodea mi cabeza,

reinan la confusión 

y una gran tristeza.

Mientras tanto,
las gotas resbalan en las hojas,
adornan los pétalos
y recorren los troncos de los sauces

Lentamente, la tormenta va cesando,
las aves vuelven a volar,
aún con las plumas ya mojadas,
se alzan sin rechistar.

El sol asoma entre las nubes,
evapora las aguas,
e ilumina la tierra.

La tormenta acabó,
y en esta pequeña tregua,
la calma y la lírica reinan.

El calor de la lejanía

Esperé a que la lluvia agrietase mi piel,

esperé a que el sol quemase mi cuerpo,

fui insolente, lo sé,

mas sin saberlo me dañé.

Me alejé de tí,

me entendiste,

y cuando volví,

me acogiste.

Comprendiste mis motivos,

me abrazaste,

me halagaste

y me quisiste.

No quisiera de nuevo

tener que alejarme.

Tampoco quisiera dañarte,

aunque tú me rompiste.

Caigo rendida,

buscando tu abrazo,

no lo hallo,

me confundo

Oigo tu voz,

desesperada te busco,

sigo perdida,

y caigo sin remedio.

Vislumbro un ocaso,

estoy asustada,

pero en la lejanía,

se cruzan nuestras miradas.

Comienzo a sentir calor, 

tus brazos me rodean,

dormida quedo,

tranquila y segura

Arte

Arte,

lírica visual,

extraño a ojos del aburrido,

hermoso a ojos del imaginativo.

Cada uno de sus detalles

oculta una historia,

un misterio, 

mil sueños.

Hallar su motivo,

curioso trabajo,

fantástico fenómeno.

antinatural incógnita.

Habiéndote yo

dado esta explicación,

¿Te atreves aún 

a decir que no eres arte?